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viernes, 25 de febrero de 2011

La última rosa del verano


Hoy, 25 de febrero, se cumplen 159 años de la muerte de Thomas Moore, un poeta romántico irlandés, famosos por sus composiciones de baladas populares. Además de poeta y compositor, Moore fue monje durante algo más de una década en su juventud. Se licenció en Musicología, Teología y Filosofía.

Gracias a sus obras, fue recobrando una importancia social que le condujo a ser nombrado responsable de la Marina Real Británica en Bermudas. Después de algunos años, regresó a su patria y contrajo matrimonio en 1811 con una actriz. Su alto nivel de vida y sus ambiciones le llevaron a contraer un número considerable de deudas, hasta el punto de que movió sus hilos para apropiarse de más de 6.000 libras que no le pertenecían. Tuvo que abandonar Inglaterra en 1819 y se marchó a París, donde permaneció hasta que hubo pagado su deuda.

Durante los años que estuvo en París, Moore mantuvo una estrecha relación con Lord Byron, del que acabó siento el albacea literario: con la muerte de Byron en 1824, los derechos de autor y de propiedad intelectual de sus obras quedaron en sus manos. Fue duramente criticado por permitir la destrucción de las memorias de Byron a petición de la familia de éste, por su contenido "poco honesto". Más tarde, en 1830, Moore publicó la biografía de Byron.

Volvió a Inglaterra y se convritió en un famoso novelista y biógrafo. Su vida personal siempre estuvo marcada por la tragedia, debido a la muerte de prematura de sus cinco hijos y ataque al corazón que le dejó incapacitado para seguir con su trabajo. Moore representa el prestigio de la poesía nacional irlandesa.


Os dejo con uno de sus poemas más famosos, "La última rosa del verano":


"La última rosa del verano
Quedó floreciendo sola;
Todas sus preciosas compañeras
Están descoloridas y se han ido:
Ninguna flor de su parentela,
Ningún capullo está cerca,
Para reflejar sus rubores,
O dar el suspiro para el suspiro.

¡No voy a dejarte, solitaria!
Morir de pena sobre el tallo;
Desde el encanto están durmiendo
Ve, duerme tú con ellas.
Así tiernamente yo esparciré
Tus hojas por encima de la cama
Donde tus compañeras del jardín
Mienten inodoras y mueren.

Tan pronto pueda seguir,
Cuando las amistades deterioran.
Y del círculo brillante del Amor
Las gemas caen lejos.
Cuando corazones verdaderos
mienten marchitados
Y cariñosos están volando,
¡Ah! ¿quién habitaría
este mundo triste solo?"